Proyecto Surcos se suma a la “Semana de la Lactancia Materna”

Desde el 1 al 7 de agosto se celebra en más de 170 países la Semana Mundial de la Lactancia Materna para fomentar la práctica y difundir sus beneficios y virtudes. Desde proyecto Surcos nos unimos a la iniciativa e informamos y derribamos algunos mitos construidos a su alrededor.

Las bondades de la lactancia materna son varias e influyen positivamente tanto en las madres como en los niños. Amamantar es fundamental porque la leche aporta los nutrientes que los bebés necesitan para un crecimiento y desarrollo saludable y además el acto también contribuye a generar un vínculo y contacto entre la mamá y su hijo y logra repercusiones importantes en la salud de las madres.

La Organización Mundial de la Salud recomienda la lactancia materna como alimentación exclusiva durante los primeros seis meses de vida, y luego de la introducción de alimentos aconseja no abandonarla y mantenerla hasta los dos años o más. Adriana Leguisa, Licenciada en obstetricia del Hospital General de Agudos Dr. Erill, explica que “a través de la leche materna los bebes reciben líquidos, porque el 80% tiene agua, vitaminas, minerales, hidratos de carbono y sobre todo inmunoglobulinas; es importante recordar que de esta forma están recibiendo el 50% de células igualitas a su cuerpo”.

La composición natural que posee la leche materna aporta toda la energía y nutrientes que el niño necesita en sus primeros meses, y sigue cubriendo la mitad o más de las necesidades nutricionales durante el segundo semestre de vida, y hasta un tercio durante el segundo año.

Se demostró que  cuando los bebés se alimentan exclusivamente de leche materna, se fomenta el desarrollo cognitivo y de los sentidos y se reduce la mortalidad infantil por enfermedades frecuentes, como la diarrea o la neumonía, y ayuda a una recuperación más rápida. Además, también brinda bienestar a las madres porque ayuda a espaciar los embarazos, y reduce el riesgo de cáncer de ovario y mama.

Si bien muchas veces se sugiere a las madres que alimenten a sus niños con cierta periodicidad, Leguisa afirma que “se debe administrar a demanda espontánea. Esto quiere decir con la frecuencia que quiera el niño, tanto de día como de noche. Algunos pueden comer cada tres horas, otros cada dos horas y media y otros cada cuatro horas”.

Otro punto a tener en cuenta es que si bien la lactancia materna es un acto natural, al mismo tiempo es un comportamiento aprendido. Por esta razón las mamás necesitan apoyo activo para iniciar y mantener prácticas apropiadas de lactancia materna. Leguisa sostiene: “Todas las mamás pueden amantar, es una cuestión de mito creer que ciertas leches no sirven o  que una mamá no tiene leche”, y considera que “lo fundamental es que el entorno trasmita confianza y acompañe porque la mamá gasta mucha energía en el trabajo de parto, el parto y la lactancia. Por eso los primeros días tiene que abocarse solo al bebé”.

Fomentar la lactancia materna es una práctica fundamental para la salud de los niños, las madres y toda la comunidad. Ayuda a potenciar los primeros vínculos entre los niños y sus madres, genera contacto, da seguridad y forja futuras relaciones saludables.