DOS EQUIPOS DEL CUCAIBA TRASPLANTARON A UN NIÑO PLATENSE DE 10 AÑOS: SU PAPÁ LE DONÓ UN RIÑON

Padecía insuficiencia renal desde el nacimiento. Con esta intervención se reinician los trasplantes en el hospital provincial Ludovica, que no se hacían desde hace más de un año. Tras una década de diálisis y operaciones, el pequeño Alan Mezetti empieza una nueva vida.

Alan, un niño platense de 10 años que sufrió insuficiencia renal desde que nació, recibió el riñón de su papá, Cristian Mezetti en un complejo procedimiento del que participaron dos equipos del Cucaiba. En poco más de cuatro horas extrajeron el órgano en el hospital San Martín, lo prepararon y se lo implantaron en el Ludovica de La Plata.

De este modo, el ministerio de Salud de la Provincia reinició, tras un año de parálisis, los trasplantes en el hospital de Niños Sor María Ludovica. “Esto fue posible gracias a la reorganización de los recursos y de los profesionales y de una mejor articulación entre los hospitales”, explicó el presidente del Cucaiba, Clemente Raimondi.

Aunque parece más chico Alan tiene 10 años. Habla como un adulto y entiende todo lo que sucede a su alrededor. Sin proponérselo fue comprendiendo por qué iba tan seguido al hospital: “Nunca me explicaron qué enfermedad tenía, me di cuenta solo. Tenía problemas en la vejiga, mi riñón no andaba y entonces tuve que hacer diálisis”, recuerda y baja la mirada, escondido entre el barbijo y la capucha de su campera.

Su papá es el encargado del puesto de diarios de la estación de trenes de La Plata. Cuenta que los sobresaltos con su hijo comenzaron a pocos meses de nacido: hacía picos de fiebre a diario, lloraba y se retorcía en sus brazos: “Casi no había día que no termináramos en un hospital”.

Pronto, los papás de Alan notaron alarmados que el vientre de su bebé se hinchaba porque no podía hacer pis. El médico, entonces, ordenó la primera de una extensa seguidilla de internaciones en terapia intensiva y supieron que su hijo tenía insuficiencia renal, que debería soportar años de diálisis y prepararse para un trasplante en el que la compatibilidad con sus padres sería clave. La enfermedad marcó a fuego la rutina familiar: dos veces en la semana iban a sesiones de diálisis y cuando Alan requería una operación pasaban uno o dos meses dentro del hospital.

“Me pinchaban a cada rato. Me quedaba desde las 7 hasta las 11 de la mañana en el hospital. Después, al llegar a casa, me dolía la cabeza, hasta que me daban la Ripirona”, recuerda Alan.

ANTES Y DESPUÉS

Pasó una década hasta el día de la gran noticia que llegó a fines de mayo de este año: los equipos de trasplante de los hospitales provinciales San Martín y Ludovica de La Plata citaron a los papás de Alan y le dijeron que estaba todo listo, solo bastaba saber si el padre estaba preparado para donarle un riñon a su hijo. Cristian no lo dudó.

En Argentina, el 28% de los trasplantes de riñón que se realizaron este año correspondieron a donantes vivos y el 72% restante a personas fallecidas. En total, se realizaron 474 trasplantes, 133 de ellos con donante vivo y 341 con donantes fallecidos.

La operación al padre de Alan se realizó en el hospital San Martín y estuvo a cargo de los especialistas Hugo Petrone y Caillabet. De inmediato se preparó el órgano y se lo trasladó en ambulancia al Ludovica. Alan esperaba en el quirófano junto a  los médicos Javier Zalba, Carlos Cobeñas y los cirujanos Gustavo Mengo, Carlos Antelo y Sebastian Tobía, quienes concretaron el trasplante.

Hoy el pequeño Alan se recupera sin sobresaltos. Sueña con anotarse en fútbol y jugar como Messi.  Aunque los médicos dicen que hay que ser cautos para saber si el organismo acepta el trasplante, a 20 días de la intervención todo es esperanza en casa de los Mezetti. Alan está convencido de que “va estar todo bien porque con mi papá somos iguales, hasta el mismo carácter tenemos, al menos eso es lo que dice mamá”.

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MÁS DONANTES “EFECTIVOS”

El Centro Único Coordinador de Ablación e Implante de la Provincia (CUCAIBA) logró, en lo que va del año, un 90 por ciento de donantes efectivos, es decir, que alguno de sus órganos fue trasplantado con éxito. Ese porcentaje, explicaron los especialistas del ministerio de Salud, significa un aumento del 15 por ciento en comparación con el año pasado.

Los expertos de ese organismo explican que no todos los órganos que se procuran están en condiciones de ser trasplantados. Siempre hay un porcentaje de descarte por múltiples factores, como por ejemplo problemas en el mantenimiento del donante o en la preparación y el traslado de los órganos.

“El incremento de los donantes efectivos es un logro que tiene que ver con una mejor capacitación y alerta por parte de los equipos hospitalarios que comprenden, cada vez más, que cuando un paciente fallece no se termina su trabajo sino que empieza un nuevo proceso, el de donación, procuración y posible trasplante, que permite continuar con la vida”, explicó Clemente Raimondi, presidente del Cucaiba.

Este año en la Provincia se realizaron se registraron 81 donantes que generaron 254 órganos. El 71% fueron multiorgánicos, un 11% más que en 2015.

En cuanto a los trasplante de riñón, se realizaron 104 implantes, 9 en niños, niñas y adolescentes menores de 16 años. También se efectuaron 59 trasplantes de hígado, 22 cardiacos, 8 de pulmones  y 7 pancreáticos y renopancreáticos.