FUMAR AUMENTA LAS CHANCES DE SUFRIR INFARTOS Y ACCIDENTES CEREBRO VASCULARES

Provincia y municipios ofrecen ayuda gratuita a quienes deseen dejar el hábito

En Argentina mueren más fumadores por enfermedades cardíacas  cerebro vasculares que por cáncer de pulmón. Los fumadores pasivos también expuestos a esas patologías.

El ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires advirtió hoy que las causas más frecuentes de mortalidad por tabaquismo en nuestro país son las enfermedades cardiovasculares, que cada año provocan casi 11.000 decesos por patologías del corazón y otras 2.700 muertes por accidente cerebro vascular (ACV), cifras que superan ampliamente las muertes que el hábito de fumar provoca por cáncer de pulmón.

No fumar o abandonar el hábito una vez adquirido evita muertes. Para orientar y tratar a las personas que desean dejar de fumar, en territorio bonaerense hay asentados en diferentes regiones sanitarias 31 hospitales –de gestión provincial o municipal– que ofrecen gratuitamente el servicio de cesación tabáquica (ver listado aparte).

Uno de ellos es el San Juan de Dios, de La Plata, que este jueves en su hall principal, entre  las 9 y las 12 horas,  desarrollará actividades de consejería para la cesación tabáquica y realizará  mediciones de monóxido de carbono en aire exhalado  y espirometrías.

Cada 31 de mayo se celebra el “Día Mundial sin Tabaco” con el objeto de visibilizar la lucha contra la tema epidemia del tabaquismo, principal causa de muerte prevenible en todo el mundo. Año a año, la Organización Mundial de la Salud elige un tema específico para informar acerca de los peligros del consumo de tabaco o sus productos derivados. El de este año es “Tabaquismo y enfermedad cardiovascular”.

Según los especialistas del Programa Provincial de Control del Tabaco de la cartera a cargo de Andrés Scarsi, además de la nicotina y el monóxido de carbono, otras sustancias tóxicas presentes en el tabaco también afectan la salud cardiovascular.

Este conjunto de sustancias irritan las arterias y aceleran la formación de la llamada “placa de ateroma”      –grasa en las arterias–, lo que las estrecha y dificulta la circulación de la sangre. Además, los tóxicos presentes en el tabaco predisponen a la rotura de estas placas, con la consiguiente formación de coágulos que obstruyen el flujo sanguíneo provocando la muerte del tejido irrigado, como ocurre en los casos de infarto agudo de miocardio (IAM ) y accidente cerebro vascular (ACV).

 

Por su parte, la nicotina aumenta la frecuencia cardiaca y la presión arterial, incrementando el riesgo de isquemia y arritmias. El monóxido de carbono, en tanto,  compite con el oxígeno haciendo que disminuya el contenido de éste en la sangre, lo que causa una suspensión o grave disminución del intercambio gaseoso a nivel de la placenta o de los pulmones.

Las sustancias tóxicas del tabaco no solo ejercen sus efectos nocivos cuando están presentes en el humo sino que, otras formas de consumo de tabaco distintas del cigarrillo, también dañan la salud cardiovascular. Múltiples estudios indican que el cigarrillo electrónico también genera efectos adversos sobre la salud cardiovascular.

 El tratamiento gratuito para dejar de fumar

 En la Provincia, el fumador que se esté planteando dejar el cigarrillo puede acudir a la consulta de cesación tabáquica en diferentes establecimientos públicos ya sea por iniciativa propia o derivado por su médico tratante. Una vez en contacto con el equipo de salud, se concretan una o dos entrevistas de evaluación y diagnóstico, en las que se lo interroga sobre sus antecedentes de salud en general, y específicamente se indaga sobre su historia tabáquica.

Mediante cuestionarios y tests se evalúa su grado de dependencia física a la nicotina y su grado de motivación para iniciar un tratamiento o no. Si el paciente aun no está convencido, se trabaja la motivación hasta que esté seguro y decidido de fijar una fecha de comienzo.

Entonces se define el tratamiento específico, que tiene dos componentes: por un lado, la medicación cuya función principal es ayudar a manejar los síntomas que pueden aparecer por abstinencia a la nicotina, y por otro se trabaja la parte conductual a través de un abordaje cognitivo, que tiene como finalidad darle al paciente herramientas que le permitan resolver situaciones problemáticas relacionadas con el consumo de cigarrillos.

Los tratamientos duran tres meses, con controles semanales, y en algunos casos particulares pueden llegar a extenderse un poco más. Es que cada fumador es único y el tratamiento debe adaptarse como un traje a medida de sus necesidades.

En cuanto al tratamiento farmacológico, no es algo que indefectiblemente el paciente deba aceptar. Hay quienes quieren dejar de fumar sin la ayuda de medicación, lo que es tenido en cuenta por el equipo al momento de definir la conducta terapéutica.

Un solo cigarrillo al día enferma

 

El daño comienza a producirse desde el primer cigarrillo y aumenta en función de los años y el número de cigarrillos fumados. Sin embargo, existe evidencia de que fumar tan solo un cigarrillo al día incrementa el riesgo de IAM en un 50% y de ACV en un 30%, sin diferencias entre los sexos.

Además, los no fumadores expuestos al humo ambiental de tabaco tienen también mayor riesgo de enfermedad coronaria y de ACV que los no expuestos. Incluso, la exposición al humo de tabaco durante la vida intrauterina y la infancia se asocia significativamente con un mayor riesgo cardiovascular en la adultez.

El tabaquismo también impacta negativamente en la evolución de otras enfermedades ya que el pronóstico luego de un diagnóstico de insuficiencia cardiaca es peor en fumadores que en no fumadores. Los fumadores que sufren un infarto y no dejan de fumar tienen mayor riesgo de re infarto y muerte que los no fumadores

Por eso, dejar de fumar disminuye muy rápidamente el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, y la promoción de ambientes 100% libres de humo de tabaco siempre se asocia con una disminución del riesgo de todos los eventos cardiovasculares.

¿Qué se puede hacer para evitar el daño?

Dejar de fumar, a cualquier edad, disminuye muy rápidamente el riesgo de enfermedad cardiovascular. Quienes abandonan el hábito mejoran la salud de su corazón y reducen el riesgo de enfermedad cardiovascular inmediatamente:

  • Al año de dejar de fumar el riesgo de tener un infarto disminuye a la mitad y a los quince años de haber dejado, el riesgo es similar al de un no fumador.
  • Incluso las personas que ya han tenido un ataque al corazón pueden reducir el riesgo de tener otro si dejan de fumar.

El riesgo de sufrir accidentes cerebrovasculares disminuye paulatinamente y se iguala al de un no fumador luego de 10 años de dejar de fumar.

Las patologías que se asocian con el consumo de tabaco incluyen:

  • Infarto agudo de miocardio
  • Accidente cerebro vascular
  • Enfermedad vascular periférica
  • Aneurisma de la aorta abdominal
  • Insuficiencia cardiaca congestiva
  • Muerte súbita